He llegado al punto de no retorno,
al cénit de la línea de mi existencia,
al lugar donde tanto tiempo había soñado habitar.
No todos los huecos están llenos y en algún rincón no luce el sol,
pero, en lo más profundo de mi consciencia,
siento que estoy donde debo estar.
Y en mi intimidad sé que el disfrute de este presente
lo apreciaré mucho más al recordarlo
en el descenso lento e irreversible que le habrá de seguir.
© Anabel
La fábula del tiempo, ya sabes, ese presente de plenitudes ignoradas, que recordaremos cuando iniciemos el descenso.Un abrazo
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Enhorabuena y que se alargue y se alargue y se alargue…
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Tus poemas seguirán siendo los poemas que siempre quise escribir. Tus letras serán siempre las perlas literarias que siempre querré cultivar. Sí.Un abrazo, agradecidoMario
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