Divino Infierno

Díptico abierto

En su viaje a los Infiernos en La Divina Comedia, Dante pasa por el Limbo y el Purgatorio, para acabar el periplo en el Paraíso. En todos estos lugares, el poeta observa cómo se castiga o se premia según se hayan preservado los preceptos de la religión. El poeta, con una imaginación portentosa y no falto de ironía, construye un submundo que se convierte en la explicación del porqué hemos de vivir de una manera determinada y, sobre todo, nos indica cuál es la correcta.

Salvando las distancias, en esta obra me atrevo a construir mis propios Infiernos y Paraísos, pero evitando mostrar por dónde se alcanza una u otra esfera.

El Paraíso: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, la Rosa cándida, la estrella fija, Saturno, Júpiter y Marte

El Paraíso en La divina comedia se compone de nueve cielos o esferas concéntricas, representadas cada una por un planeta, más la Rosa cándida y el Empíreo. Aquí, el Paraíso es el mundo ideal compuesto de astros que representan los deseos, metas particulares que queremos alcanzar.

Nuestro infierno particular

Dichos deseos, y nuestro concepto de perfección, tiran de nosotros obligándonos a realizar grandes sacrificios para poder “realizarnos” en esta vida. Deseos, en la mayoría de las ocasiones, que componen un modus vivendi impuesto por una sociedad consumista, exhibicionista y superficial, donde alcanzar el éxito significa ser el mejor a toda costa siguiendo unas severas normas que nos exigen unos cánones de belleza y morales absolutamente contra natura. Sin embargo, eso es lo que consideramos ser felices y por ello convertimos nuestra vida en un infierno, nuestro propio divino Infierno.

Limbo

Dante sitúa en el Limbo a los no bautizados y a los paganos virtuosos, pero en esta obra el Limbo es un lugar aislado de las exigencias de esta sociedad egoísta y violenta, de esos deseos impuestos por publicidad engañosa; un lugar al que se llega a través de la entrega a una vida de paz y calma interior, de contemplación y comunión con la Naturaleza, sin olvidar, al mismo tiempo, que vivir en sociedad implica deberes y el compromiso de ser un buen ciudadano.

Xilografía, marmoleados y monotipos. Impreso en el Taller de l’Assalt. Tamaño: 37 x 69 cm.

Dítptico cerrado

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