Gilda

Quisiera ser la Gilda que,
al quitarse un guante infinito,
convincente se desnuda;
aquella que varía el clima
con un solo parpadeo o con un golpe de melena.
Imposibilita mi deseo carecer de guantes
y tener las pestañas escasas.
Sin embargo, me reconozco
en la Rita de ausente mirada,
en la alcohólica que no recuerda porque no quiere,
en la mujer madura que mira hacia atrás y no ve nada,
en la actriz que ama porque se lo ordena un letrero.
Aquella a la que le cortaron el cabello y la tiñeron de rubia
y que jamás volvió a sentirse,
con certeza, hermosa.

© Anabel

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.