La ley de la piel

No fueron inútiles aquellas noches,

aún puedo relamerlas.

Sentirse renacer entre sábanas ajenas,

pero blancas,

dota de alas a un alma condenada.

Salivas curanderas de heridas profundas,

lengua sanadora de incurables pesadillas.

Medicina ilegal que adicción crea.

No me la raciones tanto

que soy mujer de paz

conocedora de que el amor es secundario,

prescindible,

inútil como protección.

Sólo equipo mi cuerpo con una armadura:

la del deseo.

© Anabel

8 comentarios sobre “La ley de la piel

  1. Madre mía, Anabel, creo que voy a dejar de recurrir a aquel relato tuyo que ya es mío, cada vez que quiera adentrarme entre tus puntos y tus comas febriles. Porque desde que le das a la poesía, nos alcanzas a nosotros. Todo un placer, escrito y visual, leerte. Un abrazo, y mi admiración renovada. Mario

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  2. Pues no dices na en pocos versos…Le doy vueltas a eso de que el amor es prescindible y, sobre todo,inútil como protección.Ahí lo has clavado!Aprendemos, mi querida bruji, aprendes. Y todo sigue evolucionando. Eso es lo bueno (dicen). Me encanta la ilustración. Es preciosa.un besico por todo

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  3. Hola,soy el que tenía el blog \»El cuentista de Hamelin\». Acabo de ver un mensaje que me dejaste hace ya unos años. Solo quería informarte de que acabo de borrar el blog, así que puede decirse que vuelves a ser la única cuentista de Hamelin de España. Supongo que en Alemania tendrás más competencia.Suerte con la literatura!

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